¡AVE!
Esta vez vamos a hablar sobre
nuestra peculiar acampada, las actividades que hicimos… ¡y lo bien que nos
lo pasamos!
Nuestra Villa particular…
Después del largo periodo de programación y organización por parte de los miembros y monitores de la asociación Casa de la Ribera Brotes Verdes por fin nos encontramos todos la mañana del sábado día 5 de Octubre en la Casa Rural Esmeralda, que durante este fin de semana se transforma en nuestra villa particular de la Hispania Romana.
Comenzamos la romanización…
Como no podía ser de otra manera tuvimos que
“latinizar” nuestros nombres para que parecieran más romanos y quedaron tan divertidos
como Davidus, Anae, Alejandrus, Teresae, Hugus, Evae…
Una vez que ya conocíamos los nombres de casi todos los compañeros (con algún que
otro “chimichurris”…) toda esta gens
togata acudió al olivo de nuestra villa para la sesión de fotos y este fue
el resultado…
Posando con nuestras togas romanas. |
Cómo las vasijas de la Bética…
Al igual que los romanos
hacían sus vasijas para transportar el vino y el aceite de la Bética y sus
“lucernas” para alumbrar, nosotros también trabajamos con arcilla ¡pero de una
manera muchísimo más creativa!
Creamos todo tipo de
artilugios y figuras: tacitas, flores, gusanos, granjas, ceniceros, cestos,
joyeros…hubo algunos que incorporaron hojas secas a sus obras ¡y quedaron
geniales!
Ientáculum, prandium…
Mientras Marichía prepara
el arroz para nuestro prandium (almuerzo)
nosotros nos dedicamos al membrillo, así mejoramos algunas destrezas de
motricidad fina utilizando cuchillos para pelar la fruta y casquearla, pero no
corremos ningún peligro ya que el membrillo esta cocido y se puede pelar y
cortar con cuchillos de plástico.
Además
trabajamos las medidas a la hora de pesar la fruta para echar el azúcar en
igual cantidad. Aunque estábamos un poco cansados… ¡conseguimos llegar a más de
2 KG de pulpa de membrillo! El resto de la preparación de la carne membrillo le tocaba a Marichía. salió muy rica, como pudimos comprobar al día siguiente durente el ientáculum (desayuno) en Fuente Álamo.
La sorpresa del César después del prándium…
Momento de relax y reposo de la comida después del riquísimo arroz mientras
algunos vemos la peli de “Astérix y la sorpresa del César” y otros descansan
fuera a sus anchas.
Vuelta a la actividad…
Montando el campamento.
Antes de que la noce cayera sobre nuestras cabezas comenzamos
a montar las tiendas.
Desde los más mayores hasta el más pequeño colaboraron, incluso los que no
se quedaban a dormir con nosotros.
¡Resultó ser una de las actividades que más nos gustaron a todos!
Cada uno elige los ingredientes que más le gustan, la cantidad...hay algunos que incluso prefieren comérselo en frío, sin pasarlo por el horno.
Cena-cenae…
Después de tanta actividad, la crepes de la merienda se han esfumado y se
nos vuelve a abrir el apetito.
Para cenar... ¡nos elaboramos nuestros propios bocapizza!
Cada uno elige los ingredientes que más le gustan, la cantidad...hay algunos que incluso prefieren comérselo en frío, sin pasarlo por el horno.
¡Sabemos latín!
Y ya de noche, con el estomago bien lleno hacemos repaso de lo que hemos
aprendido durante el día jugando al Triviados Romano. Hemos aprendido muchísimo sobre las comidas, el idioma, los dioses, el aceite de la bética...
¡Enhorabuena al equipo de las vitoriosas! ; )
Se acerca la hora de dormir
Haciendo tiempo hasta que el sueño nos atrape el monitor Alejandrus nos
cuenta historias sobre el universo.
Finalmente nos vence el cansancio y nos metemos en las tiendas...al día siguiente espera la visita a Fuente Álamo, ¡una villa romana real!
A quien madruga, Júpiter le ayuda…
Con tantas ganas de seguir pasándolo bien a nadie le cuesta trabajo
levantarse. Tomamos un buen desayuno, recogemos tiendas y demás bártulos y esperamos
la llegada del autobús.
Desde la Casa de la Ribera vamos hacia Puente Genil,
donde recogeremos a algunos padres que han querido acompañarnos.
Visita a Fuente Álamo
Allí nos recibe un guía muy amable que nos explica qué se hacía en la villa
y qué partes tenía. También nos explicó las historias mitológicas que narran
los mosaicos de la villa, y muchas cosas más.
Despedida… ¡por ahora!
Después de la visita nos comimos el bocadillo de media mañana, probamos la carne membrillo y volvimos al
autobús. Esta vez, todos nos quedamos en Puente Genil para despedirnos e irnos
a nuestras respectivas casas a descansar.
Así pues esta es la experiéncia que vivímos en nuestra Acampada Romana.
¡Esperamos que todos lo pasaran muy bien y estén deseando repetir!
A los que no puedieran venir, quedan invitados para la próxima.
¡Saludos!
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